Informe de Patricio Rojas plantea medidas para introducir mayor flexibilidad en rebaja a 40 horas
Informe de Patricio Rojas plantea medidas para introducir mayor flexibilidad en rebaja a 40 horas
Un informe del economista Patricio Rojas, de la consultora Rojas y Asociados, pedido por la Asociación de Alimentos y Bebidas (AB Chile), realizó un análisis sobre el proyecto de ley que actualmente se tramita en la comisión de Trabajo del Senado que busca reducir la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales. En la instancia legislativa se están discutiendo propuestas de parlamentarios y las indicaciones ingresadas por el Ejecutivo. El análisis advierte que 'si bien existe cierto consenso en avanzar en la reducción del número de horas, el cómo acomodar la reducción para no afectar significativamente la eficiencia operativa ni los costos de los procesos productivos es el gran tema y el cual debería tomarse parte importante de la agenda y discusión legislativa'.
Precisa que 'en este contexto, la incorporación de medidas de flexibilidad y/o adaptabilidad son la respuesta para acomodar esta reducción en las horas sin afectar la eficiencia y los costos en forma significativa. Sin embargo, la disparidad de procesos productivos en los diferentes sectores, así como también la diferencia entre trabajadores que cumplen funciones administrativas respecto de aquellos que lo hacen en la producción o elaboración de productos, hace que esta flexibilidad o adaptabilidad no sea cualquiera ni la misma para todos'. Rojas afirma que la experiencia internacional en aquellos países que avanzaron en reducir la jornada laboral 'muestra que todos ellos debieron de considerar medidas de gradualidad, flexibilidad y adaptabilidad que reconozcan las particularidades de las distintas industrias que operan en el país, buscando a su vez moderar los efectos que la reducción podría tener en la productividad'.
El informe explica que 'es conocido que medidas de flexibilidad para procesos que usan trabajadores en funciones administrativas son más fáciles de consensuar, por cuanto reducir la jornada en un porcentaje diario logra sin grandes dificultades alcanzar el objetivo de moverse de 45 a 40 horas. Luego la existencia de gradualidad en la reducción, junto a medidas específicas de horas extras, debería ser suficiente para que este cambio se pueda acomodar con una mayor eficiencia y sin un alza en los costos laborales'. En cambio, para procesos productivos de operación continúa y por turnos, la gradualidad en la implementación de la reducción no es suficiente, requiriéndose medidas que permitan acomodar el factor trabajo a la nueva jornada con igual eficiencia y sin un incremento significativo en los costos operacionales. De ahí que se plantea que la utilización de cálculos promedios por períodos más extensos o la posibilidad de distribuir la jornada semanal en menos días 'son alternativas de flexibilidad que ayudarían en estos casos a conseguir el objetivo de reducir la jornada sin elevar los costos'. El texto actual del proyecto de ley señala que en las empresas en que existen sistemas de trabajo por turnos, la jornada semanal de 40 horas podría, por acuerdo de las partes, promediarse en períodos bimensuales o trimestrales de distribución de días de trabajo y de descanso.
Sin embargo, advierte Rojas, las indicaciones presentadas por el Ejecutivo proponen eliminarlo, formulando una nueva propuesta que establece que el director del Trabajo podrá, fundadamente, autorizar sistemas excepcionales cuyo promedio máximo de horas semanales de trabajo en el ciclo respectivo superen los límites establecidos en el artículo 22 del Código del Trabajo (45 horas hoy). 'En la práctica, las jornadas excepcionales han sido el camino que han utilizado hasta ahora las empresas con procesos continuos que no pueden parar, estableciendo jornadas especiales más extensas para cumplir con la continuidad operacional. Luego, la indicación propuesta por el Ejecutivo de eliminar la posibilidad de promediar la jornada semanal de 40 horas les quita flexibilidad a las empresas para ajustar sus jornadas a través de esta alternativa y le entrega al director del Trabajo la discrecionalidad para autorizar sistemas excepcionales, introduciendo incertidumbre a las empresas que actualmente operan con jornadas excepcionales', critica el economista.
Complementa que para aquellas empresas que por eficiencia operan en procesos continuos y con turnos laborales, donde la condición de continuidad es voluntaria, 'de acuerdo a la ley no pueden acceder a solicitar jornadas excepcionales de trabajo. Para este tipo de empresas, la reducción de 45 a 40 horas les generará una enorme ineficiencia operacional, ya que tendrían que contar con un cuarto o incluso quinto turno, pero este con una jornada diaria menor a los otros, con la consiguiente alza de costos. En definitiva, para aquellas empresas con procesos continuos que no pueden parar, el permitir la posibilidad de promediar la jornada semanal de 40 horas en períodos más extensos y que consideren factores como la estacionalidad, es una alternativa que entrega flexibilidad y adaptabilidad frente al cambio en la ley'.
Propone permitir flexibilidad para armar las jornadas de 40 horas semanales usando una distribución libre para una adecuada adaptación a los procesos productivos, consensuado con el trabajador y limitando las horas diarias a un máximo preestablecido de trabajo. Un ejemplo de esto sería la posibilidad de distribuir la jornada semanal de trabajo en 4 días. 'Esta alternativa no solo ayudaría a la empresa a adaptarse a la nueva jornada, sino que también iría en directo beneficio del trabajador, ya que eliminaría horas de traslado al no tener que acudir todos los días a su lugar de trabajo', dice Rojas. Otra alternativa es permitir la posibilidad de promediar la jornada semanal de 40 horas respecto de su período de rotación de turnos, el cual corresponde a 3 semanas.
Patricio Rojas, economista de Rojas y Asociados y asesor de AB Chile
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J.P. Palacios -