Personas mayores en Chile presentan altos índices de inseguridad alimentaria con marcadas desigualdades por zonas geográficas

El estudio, desarrollado por el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) revela la necesidad de revisar las políticas públicas orientadas al bienestar nutricional y social de las personas mayores de nuestro país.

En las últimas décadas se han producido cambios en la alimentación y estilos de vida de las personas y se ha incrementado la esperanza de vida, con un aumento de enfermedades crónicas no transmisibles, como diabetes y obesidad. En ese contexto, el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) de la Universidad de Chile realizó la primera Encuesta de Salud, Seguridad Alimentaria y Calidad de Vida (ESSALCAVI), que entrega reveladores datos sobre la situación nutricional y calidad de vida de las personas mayores del país.

Desarrollada por el Núcleo de Envejecimiento, Vejez y Calidad de Vida del INTA y con financiamiento del gremio de Alimentos y Bebidas -  AB Chile - , el objetivo fue identificar los niveles de Seguridad Alimentaria y Nutricional (SAN) en personas mayores en el país – teniendo en cuenta que existen casi tres millones con más de 65 años - y analizar cómo se relacionan entre sí, en cuanto a factores individuales, familiares, comunitarios e institucionales, incluidos los programas alimentarios públicos.

Para ello se entrevistó en forma presencial a 1.171 mayores de 65 años (62% mujeres), residentes en 88 comunas de Chile, cubriendo el total de las regiones del país y hábitat urbano o rural. Se consideraron aspectos como descripción de condición socioeconómica, autopercepción de salud y calidad de vida, limitaciones funcionales, enfermedades crónicas, depresión y otras, mediante la aplicación de escalas de medición internacionales.

ESSALCAVI pone en énfasis que el aumento del segmento de personas mayores es relevante a la hora de diseñar políticas públicas enfocadas en Seguridad Alimentaria y Nutricional (SAN) para garantizar el acceso a alimentos nutritivos y promover la salud, el bienestar y el envejecimiento saludable. Los resultados fueron presentados por la doctora Cecilia Albala, coordinadora del Núcleo de Envejecimiento, Vejez y Calidad de Vida del INTA, y Moisés Sandoval, director del proyecto ESSALCAVI.

Principales hallazgos

·         A nivel nacional se registró un 15,9% de Inseguridad Alimentaria (IA) Severa+Moderada, con una proporción de IA Severa de 4,2%. En la Macrozona Norte se observó el mayor nivel de IA Severa, con un 8,5%. La Inseguridad Alimentaria (IA) implica disponibilidad limitada o incierta y puede explicarse por factores sociodemográficos, ingreso económico, conocimientos y habilidades nutricionales, cercanía con lugares de abastecimiento, red de apoyo y otros. 

·         La IA es mayor entre aquellos que presentan depresión o soledad o se encuentran insatisfechos con la vida. A nivel nacional, el 26,8% de las personas mayores siente soledad, aumentando a un mayor nivel en la Zona Norte (37,5%), mientras el más bajo la Macrozona Centro (23,4%).

·         La evaluación del Estado Nutricional arrojó Riesgo de Desnutrición en adultos mayores de 32,4% promedio a nivel nacional (MNA-SF), siendo más alto en mujeres (35,1% vs 28,9% hombres). La Desnutrición llega a 5,6% en promedio y el Estado Nutricional Normal a 62%.

·         El 21% dijo no consumir y un 23% consumir poca variedad de alimentos saludables o nutritivos por falta de dinero (escala FIES-FAO).

·         Un 5,6% de los encuestados dijo haber pasado un día entero sin comer por falta de recursos.

·         Alto porcentaje califica como valores Elevados e Inalcanzables el precio de carnes (89,8%) y productos del mar (79,1%). En verduras esta percepción llegó a 61,4%.

Otro dato relevante que se entrega hace referencia a la salud oral y visual: a un 50,9% les faltan todos o la mayoría de sus dientes, mientras un 52% no lograr o tiene dificultad para ver la información en envases de alimentos. Ante estos resultados, la doctora Albala señaló que “el enfrentamiento del envejecimiento tiene que ser transversal, enfocando la salud oral, social, el entorno, la salud psicológica y otros factores”.

Francisco Pérez Bravo, director del INTA, explicó que “Chile se dirige a una etapa muy avanzada de envejecimiento poblacional debido a tres factores fundamentales: la baja en la tasa de fecundidad, la reducción de la mortalidad en edades tempranas y la mayor esperanza de vida. Este estudio, además de original y pionero, permite focalizarnos en varios aspectos de radical importancia: reconocer las deficiencias nutricionales acumuladas en las personas mayores; entender los cambios fisiológicos y funcionales del envejecimiento para rediseñar o reforzar nuevos enfoques en alimentación comunitaria; y aportar datos que apoyen estrategias conjuntas entre el sector público y privado para lograr un escenario de envejecimiento saludable no mañana, sino hoy”.

Al respecto, Gonzalo Uriarte, presidente del gremio de Alimentos y Bebidas de Chile, expresó que "esta iniciativa nació en la búsqueda de conocer a este grupo creciente y con poco apoyo social que son los adultos mayores. Un grupo que necesita estar incluido de mejor manera en las políticas públicas, que necesita mayor atención y contención. Nos acercamos al INTA porque estamos seguros de que esta colaboración entre el sector público, privado y la academia, resulta fundamental para la construcción de dichas políticas, de una manera responsable, con visión a largo plazo y con un claro enfoque en la calidad de vida.  Este trabajo lo planteamos, finalmente, como una medida que va enfocada en apoyar, incluir y valorar a nuestros adultos mayores y sus urgentes necesidades".

Programa PACAM

La encuesta también consideró la asociación entre IA y los programas alimentarios públicos orientados a las personas mayores, incluyendo preguntas específicas sobre el Programa de Alimentación Complementaria del Adulto Mayor (PACAM):

·         A nivel nacional, sobre el 60% de la población beneficiaria de 70 y más años no retira la bebida láctea ni la crema “Años Dorados” (la Región Metropolitana y Macrozona Norte muestran los porcentajes más altos).

·         Entre las personas con inseguridad alimentaria, el 42,6% no retira los alimentos del PACAM.

·         Entre quienes retiran la bebida láctea, 23,4% declaró consumirla “nunca o casi nunca” y 19,4% “algunos días” y. entre quienes retiran la crema los porcentajes llegaron a 18,7% y 32,8%, respectivamente.

ESSALCAVI subraya la necesidad de reforzar los programas públicos y de implementar estrategias que aborden las desigualdades en el acceso a alimentos saludables. Este esfuerzo debe estar respaldado por un enfoque multidimensional que considere factores individuales, familiares y comunitarios para garantizar un envejecimiento saludable, entendido como el proceso de desarrollar y mantener la capacidad funcional que posibilita el bienestar en la vejez. 

Anahí Urquiza, vicerrectora (S) de Investigación y Desarrollo de la U. de Chile, destacó la importancia de la colaboración público privada para afrontar los desafíos país, en especial en una materia tan importante como la seguridad alimentaria: “En el estudio se destaca la importancia de la sensación de inseguridad frente a acceder a alimentación en el futuro. El solo hecho de que las personas mayores no se sientan tranquilas de que van a poder acceder a suficiente alimentación a futuro, es un problema muy serio para nuestro país, para la salud mental, por el peso que implica en nuestros sistemas de salud y, por supuesto, para el Chile que queremos construir”.

Como parte de la presentación se desarrolló un panel de conversación en el cual participó el senador Juan Luis Castro, miembro de la Comisión de Salud del Senado, la doctora Albala y Gonzalo Uriarte, presidente de AB Chile.

El senador Juan Luis Castro comentó que “este es un estudio muy importante que refleja una fotografía de la brecha alimentaria de los adultos mayores. Esto no se había hecho, es algo innovador, que muestra una realidad preocupante respecto de grados de desnutrición que avanzan en los adultos mayores, de una incapacidad económica creciente, de una situación de falta de atención desde el Estado en políticas públicas, que hoy día están carentes y, además, deja insinuados problemas de salud mental, problemas de aislamiento en la vivienda y problemas de financiamiento, incluso en el dilema entre comprar alimentos o comprar medicamentos. Valoro este estudio y lo voy a seguir revisando en profundidad, porque sé que esta es una materia extremadamente sensible y una oportunidad también para que haya nuevos avances en política pública, como aquí se ha demostrado”.

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